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sábado, 8 de agosto de 2009

Con sabor a Venezuela


Con sabor a Venezuela

En el año 2003 y bajo el sello de la empresa colombiana Quala, se introduce el nuestro país el Bon Ice, producto incluido en la categoría de helados de agua, o como lo llamaríamos en criollo, bambinos, bolis o chupi-chupi, entre otros singulares nombres.

Por ser esta la primera gran empresa dedicada a captar consumidores de este producto, lograron consolidarse en el mercado nacional como marca líder en los segmentos más populares del país. Sin embargo, la empresa no se conforma con la cuota de mercado actual y pretende ampliarla a través de una campaña denominada Bon Ice para Venezuela donde se postulan a votación abierta al público, tres nuevos sabores (piña, mango y guanábana) de los cuales sólo uno será el ganador y por tanto, formará parte de la gama de sabores de la marca. Las frutas propuestas se escogieron de acuerdo a estudios realizados en Maracaibo, Oriente y Los Llanos, por ser estos los lugares donde se cosechan tales frutos.

Esta selección se lleva a cabo a través del sitio web www.boniceparavenezuela.com o por papeletas que portan los vendedores ambulantes Bon Ice. La mencionada campaña ha resultado muy provechosa para la empresa, pues en palabras de Pamela Carrera, gerente de marca: “estamos recibiendo 2 mil votos, y los fines de semana la cantidad se duplica. Hasta ahora va ganando la guanábana” La estrategia comunicacional se apoyó en comerciales para televisión (son tres versiones; la última sale como desenlace a mediados de agosto con el sabor ganador). La empresa ha estado siempre interesada en conocer las exigencias de su mercado meta, en este sentido, Carrera comenta: “Queríamos que Venezuela participara. Siempre tratamos de entender y conocer al consumidor de los países en donde estamos”

Creo que al proponer frutas autóctonas como sabores, la empresa persigue un mejor posicionamiento del producto en el mercado, pues estaría complaciendo las necesidades y gustos del venezolano, al tiempo que propone una alternativa cónsona con las tendencias actuales que apuntan hacia una alimentación “más natural y saludable”, aunque, si bien estos productos no logran estar exentos del todo de componentes químicos, por lo menos es un buen intento de desligarnos un poco de la artificialidad.

¿Ustedes que creen?

domingo, 2 de agosto de 2009

Sun Tzu: Estratega de otrora

La Real Academia Española de la Lengua, rectora de nuestro idioma define en su 23º edición del Diccionario que la planificación es, en su segunda acepción: “Plan general, metódicamente organizado y frecuentemente de gran amplitud, para obtener un objetivo determinado, tal como el desarrollo armónico de una ciudad, el desarrollo económico, la investigación científica, el funcionamiento de una industria, etc.” Y define además a la estrategia como: Arte de dirigir las operaciones militares. Arte, traza para dirigir un asunto.

Teniendo esto claro debemos entonces analizar estas premisas con más profundidad. Sabemos entonces, que conceptualmente existe una relación dialéctica entre el concepto de estrategia y el de planificación. Aquel se basa en las condiciones subjetivas, mientras que éste se refiere a las condiciones objetivas. Esta relación dialéctica que podemos observar in abstracto nos permiten separa en el pensamiento lo que en la realidad sintetizaremos. En ello radica el éxito de una buena planificación estratégica, en poder hacer una síntesis ente ambas condiciones imperantes.

Ahora bien, la planificación estratégica pretende a grosso modo responder una pregunta básica ¿A dónde quiere llegar la organización y cómo hacerlo? Mi disertación se basa las nuevas tendencias para responder esta pregunta.

Los gerentes de hoy en día se deslastran cada vez más de los conocimientos pseudo científicos e inmediatistas del mundo globalizado de hoy y se están volcando cada vez más hacia los libros de historia y de filosofía para buscar las respuestas a esta interrogante. Empresas tan exitosas como IBM, Microsoft, Sun, McDonald’s entre otras, han descubierto que en la sabiduría de los grandes estrategas de las guerra, está la clave para trazar las tácticas de negocios de planes estratégicos exitosos. La gnosis oriental, ilumina hoy los pasillos de Wall Street, de the City y los de las Bolsas de Frankfurt y Tokio.

En este sentido, Sun Tzu, quien dejó de ser un viejo estratega militar chino a ser el consejero personal de hombres como Trump y Gates, les ha facilitado la tarea de comprender que la planificación basada en el conocimiento castrense antiguo puede representar beneficios importantísimos, y ha permitido a estas empresas conseguir las metas planteadas.

Pongamos un ejemplo Mc Donald’s se había trazado la meta de conseguir vender más hamburguesas pequeñas, sus ventas por años se habían enfocado en las hamburguesas grandes que compran los adultos. Los gerentes sagazmente se dieron cuenta que había un segmento del mercado que estaba desatendido y del cual podía obtenerse beneficios: El mercado infantil. Teniendo el objetivo de tomar ese segmento del mercado (planificación) idearon una forma para hacerlo (estrategia) y recurrieron la táctica china de Fabricar un ladrillo para obtener jade. Invirtieron en juguetes fabricados en China a bajísimo costo, lo incluyeron en un empaque de cartón con colores llamativos y lo ofrecieron a los niños. Ellos cuando ven el juguete lo desean, y realmente compran el juguete pero a la vez deben comprar la hamburguesa que no se vendía. Es decir, fabricaron un ladrillo y obtuvieron jade. Este ejemplo anecdótico se acompaña de miles de otros ejemplos dentro de las empresas exitosas de hoy en día. Eso nos hace concluir que para realizar una planificación estratégica exitosa debemos necesariamente, volcarnos hacia el conocimiento antiguo para poder afrontar los problemas de negocios de hoy en día, esa es la tendencia que parece más adecuada. Quienes pretendan soslayar la importancia del conocimiento histórico en los negocios están a merced de quienes sí lo tienen, y corren el riesgo de quedarse retrasados en la dura carrera hacia el éxito. Vacilar en la planificación es perderse. Recordemos la frase ya famosa en inglés: Time is Money