Adrian Yunes
Cuando leo la frase “planificación estratégica”, en mi cabeza, casi siempre se proyecta la misma imagen. Una operación tipo comando, donde se planea hasta el más mínimo detalle, nada se deja al azar y las eventualidades están coordinadas como tácticas que simplemente mejorarán la hazaña.
De la mima forma, al leer el enunciado anterior, este tipo de proezas juro que las he visto en otro entorno. Fue allí donde me di cuenta de cuantas similitudes poseen las mujeres con la planificación estratégica del marketing, o de que tan bien manejan las damas el fino arte de planificar. Claro está, como en la mayoría de los análisis de conductas sociales, las generalizaciones hieren membranas sensibles. Advierto solo es una lectura de entretenimiento.
Supongamos que la empresa se llama Mujer c.a. Esta tiene en primera instancia una.
Misión, desarrollarse a nivel social como parte funcional de su entorno. Evitar los desequilibrios de la cotidianidad, cuestiones que solo derivan en conflictos. Alcanzar metas profesionales, personales y emocionales. Posicionarse por encima de productos de características similares.
Visión, tratar de olvidar paulatinamente todo lo contenido en la Misión y conquistar el matrimonio.
Como empresa constituida, Mujer c.a se enfrentará con las diversas vicisitudes con las que se topan empresas del mismo ramo. Inseguridades, o desconfianza por parte del cliente. Falta en la definición del target, no encuentra las características de la pareja deseada. Competencia, las amigas. Debilidades y amenazas que atacan sin tregua y que obligan a Mujer c.a a crear un plan estratégico de mercadeo.
Si el caso es posicionarse, hay distintos recursos que están a la mano de este tipo de empresas, lanzamientos corporativos, o para algunos, “Festejo de 15 años” son los predilectos, de esta manera se asegura calar y ocupar un espacio en la mente del consumidor. Si ya es cuestión de mejorar su imagen ante el mercado. Para esto son innumerables las tácticas, es aquí donde entra el ya conocido por todos, trabajo de carpintería. Maquillaje y operaciones estéticas son las herramientas de más frecuente uso. Casi siempre orientadas por un outsourcing, que en la mayoría de los casos, suele ser el peluquero de confianza. En ocasiones llegan a valerse de recursos poco certeros como la publicidad engañosa, Mujer c.a. ha sido acusada reiteradamente de no revelar su edad verdadera.
Los argumentos económicos dejan sin palabras cualquier tipo de acción, otra de los inconvenientes de los cuales se tiene que hacer cargo Mujer c.a es el de administrar presupuestos, si ocupo un gran porcentaje de lo disponible en campañas publicitarias, no quedará nada para el mantenimiento de la planta física, o para algunos, gastos del hogar y giros de prestamos ≥ compras.
Estas son algunas de las características que sin ahondar en el tema se logran rasgar de la superficie de la cotidianidad femenina. Claro está, todo esto observado desde la locación de un espectador, que aprecia y atesora cada uno de los esfuerzos que estas realizan para lograr sus metas. Mientras que yo como hombre no metrosexual, poco tengo de marketing estratégico.
Cuando leo la frase “planificación estratégica”, en mi cabeza, casi siempre se proyecta la misma imagen. Una operación tipo comando, donde se planea hasta el más mínimo detalle, nada se deja al azar y las eventualidades están coordinadas como tácticas que simplemente mejorarán la hazaña.
De la mima forma, al leer el enunciado anterior, este tipo de proezas juro que las he visto en otro entorno. Fue allí donde me di cuenta de cuantas similitudes poseen las mujeres con la planificación estratégica del marketing, o de que tan bien manejan las damas el fino arte de planificar. Claro está, como en la mayoría de los análisis de conductas sociales, las generalizaciones hieren membranas sensibles. Advierto solo es una lectura de entretenimiento.
Supongamos que la empresa se llama Mujer c.a. Esta tiene en primera instancia una.
Misión, desarrollarse a nivel social como parte funcional de su entorno. Evitar los desequilibrios de la cotidianidad, cuestiones que solo derivan en conflictos. Alcanzar metas profesionales, personales y emocionales. Posicionarse por encima de productos de características similares.
Visión, tratar de olvidar paulatinamente todo lo contenido en la Misión y conquistar el matrimonio.
Como empresa constituida, Mujer c.a se enfrentará con las diversas vicisitudes con las que se topan empresas del mismo ramo. Inseguridades, o desconfianza por parte del cliente. Falta en la definición del target, no encuentra las características de la pareja deseada. Competencia, las amigas. Debilidades y amenazas que atacan sin tregua y que obligan a Mujer c.a a crear un plan estratégico de mercadeo.
Si el caso es posicionarse, hay distintos recursos que están a la mano de este tipo de empresas, lanzamientos corporativos, o para algunos, “Festejo de 15 años” son los predilectos, de esta manera se asegura calar y ocupar un espacio en la mente del consumidor. Si ya es cuestión de mejorar su imagen ante el mercado. Para esto son innumerables las tácticas, es aquí donde entra el ya conocido por todos, trabajo de carpintería. Maquillaje y operaciones estéticas son las herramientas de más frecuente uso. Casi siempre orientadas por un outsourcing, que en la mayoría de los casos, suele ser el peluquero de confianza. En ocasiones llegan a valerse de recursos poco certeros como la publicidad engañosa, Mujer c.a. ha sido acusada reiteradamente de no revelar su edad verdadera.
Los argumentos económicos dejan sin palabras cualquier tipo de acción, otra de los inconvenientes de los cuales se tiene que hacer cargo Mujer c.a es el de administrar presupuestos, si ocupo un gran porcentaje de lo disponible en campañas publicitarias, no quedará nada para el mantenimiento de la planta física, o para algunos, gastos del hogar y giros de prestamos ≥ compras.
Estas son algunas de las características que sin ahondar en el tema se logran rasgar de la superficie de la cotidianidad femenina. Claro está, todo esto observado desde la locación de un espectador, que aprecia y atesora cada uno de los esfuerzos que estas realizan para lograr sus metas. Mientras que yo como hombre no metrosexual, poco tengo de marketing estratégico.
1 comentario:
Muy ingenioso Adrian........
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